Si sois curiosos y observadores os habréis dado cuenta que en muchas de las paredes que forman parte de los edificios de Casco Antiguo de Madrid hay numerosas indicaciones que están encabezadas con el titulo "Visita G". Estas baldosas son casi omnipresentes en los alrededores de la Plaza de Santa Ana, en la Plaza Mayor, de la Calle de Huertas o de la Calle de Cervantes.

En este artículo voy a explicar de dónde vienen estos carteles; de esta manera, cuando paséis por alguna de estas calles, tendréis una historia que contar a vuestros amigos o familiares.

Fotografía: Asier Mendizábal Merino | La baldosa de "Visita G" en las calles madrileñas más antiguas

Todo se remonta en el Siglo XVI, justo cuando el rey Felipe II había convertido Madrid en capital de España. Por aquel entonces, en el año 1561, la ciudad sólo tenía 30.000 habitantes, lo cual nos permite ver no era una metrópoli como la de hoy en día.

El Rey Felipe II al hacer oficial la capitalidad de Madrid, decidió trasladar la Corte a la ciudad... fue entonces cuando comenzaron los problemas. Junto con el séquito del Rey, también había que movilizar a los funcionarios públicos, empleados del Estado, a los embajadores extranjeros, a los guardias, sacerdotes, secretarios...

Madrid era entonces un lugar si infraestructuras ni servicios, ergo, no había hoteles u hospedajes suficientemente grandes para albergar a tanta gente. Para que los nuevos habitantes reales pudieran vivir en la capital, el Rey decidió una ley que supondría una alteración a la intimidad de las familias madrileñas: todos los vecinos debían dejar una habitación en sus casas para que los trabajadores pudieran vivir en ella. Esta ley fue tan mal tomada por los ciudadanos que llegó a llamarse popularmente como "Regalía de aposento". Además, si la casa familiar disponía de dos o más pisos la ley se endurecía más aún, porque tenían que dejar los pisos superiores para acomodar a los miembros del séquito real.

Para combatir tal injusticia, los habitantes empezaron a construir casas de solo una planta, de tal manera que pudieran vivir tranquilamente, sin alojar a nadie desconocido gratuitamente.

Otros vecinos, movidos por la famosa "picaresca española" decidieron inventarse unos trucos para evitar el alojamiento de personas externas a la familia. Para ello remoderaban sus casas o las reconstruían de tal manera que desde fuera, desde la calle, no se pudiera percibir cuántas plantas o pisos tenía el hogar. El truco más recurrente era el de colocar las ventanas a diferentes alturas. En ocasiones se añadía buhardillas o se acoplaban plantas adicionales entre las originales para que técnicamente no pudieran considerarse como un piso más. Además, también se realizaban plantas inferiores para que desde la calle no pareciera que había un piso inferior.

Todas estas técnicas se realizaban en la clandestinidad, ya que eran ilegales. Aproximamente, en aquella época se calcula que habían 1.000 casas de estilo. En el Museo de la Ciudad en la Calle Príncipe de Vergara 140 hay reproducciones de alguna de las casas y gracias a estas maquetas nos podemos imaginar cómo eludían los habitantes la imposición del Rey Felipe II.

Foto: Asier Mendizábal | Ventanas a diferentes alturas para que no desvelar la cantidad de plantas que tenía el inmueble

No obstante, todavía existen casas que encuentran en perfecto estado y que mantienen el diseño de la época. Hoy en día podemos encontrar las ventanas desordenadas que he mencionado anteriormente: En la Calle del Conde (foto de arriba) y en la Calle del Toro están dos de los edificios que todavía se mantienen y que reflejan la arquitectura del anarquismo.

¿Y las baldosas qué?

Las "casas a la malicia" se prolongaron en el tiempo. En el Siglo XVIII, todavía los habitantes tenían que acoger a los funcionarios y a la Corte Real, pero era ya sabido por todos que los chanchullos que hacían los vecinos del barrio era más que habitual.

Con el fin de obtener información sobre los inmuebles, el gobierno empezó a idear alguna manera de que las manzanas pudieran estar ordenado y las calle estuvieran localizadas. Pero Madrid, todavía no tenía nombres oficiales de las calles, así que debían empezarlo desde cero. Hasta ahora, según Marco y Peter Besas en el libro "Madrid Oculto: Una guía práctica", para mandar una carta, la unica manera de que llegara al destinatario era de ésta forma:

Sr. D. Rodrigo Pérez
Calle detrás de la Iglesia de San José
Junto a la panadería de los Hermanos Hernández
Capital

De hecho, aunque Madrid no dispusiera de calles con nombres oficiales, lo que sí tenían eran denominaciones populares. Por ejemplo, la calle de detrás de la iglesia, la plaza de la fuente... pero estos nombres no estaban registrados por la municipalidad. La cosa no acababa ahí, ya que el problema de identificación era aún más crítica si se puede, ya que en numerosas ocasiones, había calles con el mismo nombre. Asimismo, también había casos en la que una misma calle tenía dos nombres diferentes.
Teniendo en cuenta el caos que suponía para una capital tal anarquismo infraestructural, en 1751, el gobierno decidió, para poder facilitar la tarea del cobro de impuestos a los ciudadanos, a cada manzana se le asignaría un número. De esta manera se empezaron a instaurar las baldosas con la titulación "Visita G", que significa "Visita General de la Regalía de Aposento". Después del título "Visita G", abajo pone el número de la manzana.
Aunque a primera vista, el planteamiento parezca lógico y simple, en la práctica esta enumeración callejera supuso algún quebradero de cabeza para la sociedad.

Foto: Asier Mendizábal | Los carteles de "Visita G" eran incoherentes y contradictorios. Pasaban de la casa Nº 2 al Nº 14

Los problemas más comunes ocurrían cuando una casa tenía más de una entrada o cuando se derribaba alguna casa en medio de la calle, creando así dos manzanas, de la noche a la mañana. Por otro lado, también era muy común que los vecinos hicieran reformas en casa, tapiando así la baldosa identificativa o la unión de diferentes casas daba resultado a incrementar el desorden de las calles y el caos administrativo de las infraestructuras. Un ejemplo bastante relevante es el que está en la Calle de las Latoneras, número 1 (próximo a la Plaza Mayor), en las que podemos apreciar en la foto de arriba que el cartel reza la localización de cuatro casas. El problema viene al ver que el número de estos portales pasa del número 1 y 2 al 14 y el 15. ¿Por qué hay sólo cuatro casas en todo un edificio? ¿Dónde están las casas del 3 al 13? Esto demuestra el sistema confuso que tenían de gestionar las calles en esa época. Y no duró poco... 80 años estuvieron con este sistema, hasta que el marqués Viudo de Pontejos, alcalde de Madrid, ideó la manera de cambiarlo todo y adaptarlo al modelo que hoy en día conocemos... ¡Y menos mal, porque si ya es fácil perderse por Madrid imaginaos con este estilo de calles!

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Fotografía: Asier Mendizábal Merino | Cerro del Tío Pío

Muchas veces, el atractivo que tiene una capital se limita a los monumentos más importantes que dispone, las luces de la ciudad de las calles más céntricas, los restaurantes más vanguardistas o los museos más clásicos. Esta sinécdoque, en la que la pequeña parte lo representa todo, a veces tiende a infravalorar la esencia que tiene la ciudad.

Fotografía: Asier Mendizábal | Parque de Pradolongo

Foto: Asier Mendizábal | Estación de Asamblea de Madrid

No hay nada más característico de Madrid como su periferia. Allí se puede encontrar la verdadera idiosincrasia de los madrileños, y no viendo una película hollywoodiense en Callao, después de haber comido un McDonald’s en la Gran Vía.

En el extrarradio de Madrid podemos encontrar lugares que no aparecen en las guías turísticas y, que muchas veces, superan a la convencionalidad de los viajes organizados. Por ejemplo, por muy bonita que sea la puesta de sol en el Parque del Buen Retiro, es inigualable hacerlo desde el Parque de las Siete Tetas o la serena tranquilidad que se respira en el Parque Pradolongo no lo consigues en la Plaza Mayor; por no mencionar que las tabernas típicas madrileñas se encuentran en las afueras, ya que en el centro solo encontramos franquicias multinacionales.

En la periferia está la esencia de la ciudad, pero a su vez, también la multiculturalidad. Hay turistas que vienen a Madrid en parte para conocer a los madrileños y madrileñas, pero no se dan cuenta que en el centro solo hay más turistas. El ruido, el estrés, la contaminación… son solo algunos de las características que evitamos al hacer turismo en el extrarradio. En cambio, si visitamos la periferia, conseguimos originalidad en nuestras fotos, enriquecimiento cultural y un mejor y mayor conocimiento de la ciudad.

Fotografía: Asier Mendizábal | Entrevías

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Fotografía y montaje: Asier Mendizábal | Los cinco sólidos platónicos ubicados en Madrid

Foto: A.M. | Icosaedro

Muchas personas que pasan por el distrito de Arganzuela se preguntan qué significan las diferentes esculturas que hay repartidas por diversas calles. Visualmente, las formas y dibujos que tienen estas obras de arte callejeras no tienen nada que ver entré si. Eso sí, muchas de estas obras parecen disponer algo en común, aunque en un primer vistazo no tengan correlación alguna.

Estas figuras son un hexaedro, un icosaedro, un tetraedro, un octaedro y un docecaedro. Estas formas fueron diseñadas por el arquitecto Ismael Guarner y el escritor Luis Racionero. El propulsor del proyecto, en cambio, fue el arquitecto Manuel Ayllón cuando ocupaba su puesto  de Consejero Delegado del Consorcio Urbanístico del Pasillo Verde Ferroviario.
Aunque parezca que las cinco esculturas están aleatoriamente repartidas por toda Arganzuela y que están colocadas de manera aleatoria, hay un circunstacia curiosa en la que se basó.

Foto: A. M. | Octaedro

Cada una de las obras marcan en la superficie el recorrido que la línea 10 de Renfe que está trazada en siete kilómetros desde la estación de Atocha hasta la parada del Príncipe Pío.
Las figuras muestran cada uno de los cinco sólidos platónicos que fueron publicadas por primera vez por Luca Pacioli, en un manual sobre geometría. Pacioli fue un fraile franciscano que nación en 1445 y que murió en 1517 y fue innovador en sus teorías matemáticas sobre estadística. A él se le atribuye la más que conocida "De la Divina Proporción", en la que posteriormente la usarían para el arte y que hoy en día se estudia en casi todos los ámbitos de estudio (por ejemplo, en fotografía, la Ley de los Tercios fue formulada a partir de la obra de Paciolini). Paciolini llegó incluso a ser maestro de Leonardo Da Vinci.
En cualquier caso, para al viandante este cúmulo de ornamento urbanístico le confunde, ya que se sitúan muy separadas entre sí. Además, cabe destacar que ninguna dispone de un letrero informativo útil para el curioso.

Foto: A.M. | Tetraedro

Estas obras tienen una existencia para el ser humano: fomenta la perfección del orden natural.
Al igual que mi otra entrada, aquí también entran en juego los símbolos masónicos, ya que como todos sabemos, la geometría es la disciplina que más recurre el universo masónico. Tal y como dice la escritora Verónica Ramírez Muro en su libro "Madrid Insólita y Secreta" (ver apartado de fuentes y bibliografía).

Los diferentes niveles por los que tiene que pasar el aprendiz para alcanzar el grado de maestro están relacionados con el conocimiento de la geometría y de su significado simbólico. El 1 es la unidad, lo esencial; el 2, el principio de la dialéctica, lo masculino y lo femenino; el 3, la trinidad, lo sagrado y lo divino; el 4, los cuatro elementos... y así sucesivamente. En el caso de los sólidos platónicos, cada poliedro está formado por los polígonos elementales, y el plano (es decir, la doble dimensión) los eleva a lo espacial y corpóreo (las tres dimensiones). El tránsito del 2 al 3 es también un tránsito iniciático orientado a transformar a un profano en iniciado, a un aprendiz de masón en maestro masón, lo que en cierta forma equivale a "salir de las tinieblas para ir hacia la luz".

Foto: A. M. | Docecaedro

Por eso, alrededor de cada figura geométrica que nos encontramos en Madrid, también podemos apreciar los demás elementos rodeándolos. Por ejemplo, en el caso de la figura de la Plaza Ortega y Munilla, nos encontramos al tetraedro de dos metros tridimensional que llama la atención respecto al resto, no obstante, en cada uno de los puntos cardinales podemos apreciar con un tamaño muy inferior las demás cuatro figuras de los sólidos platónicos: el hexaedro, el icosaedro, el octaedro y el dodecaedro.

Foto: A.M. | Hexaedro

La ruta recomendada para hayar las localizaciones de cada una de las obras es la siguiente:

• Octaedro: Está en la Glorieta de Santa María de la Cabeza. Frente al bloque de portales que rodean la rotonda, en el número 14, hay un pequeño parque con abundante vegetación. Dentro de esta flora está localizada la figura del octaedro.
• Icosaedro: Entre el Paseo Vallejo Nájera y la calle Gargantilla está situado un parque bastante grande, llamado "Parque de las Peñuelas". En el interior de este parque está el icosaedro, la figura de veinte caras. Al ser una localización extensa, no es fácil dar con la escultura, por eso yo recomiendo que cojamos como referencia el Burger King que está situado en la esquina del parque y empecemos a buscar desde allí. El icosaedro está situado a unos 50 metros del restaurante. El icosaedro es una figura de veinte caras y por ello la más compleja de realizar de estas cinco esculturas platónicas.
• Tetraedro: La figura de pirámide está en el centro de una gran rotonda, la Plaza Ortega y Munilla. Al estar en una glorieta, es imposible acceder a la obra, pero sí se puede observar desde la lejanía. Curiosamente, el tetraedro tiene cuatro caras, dando forma piramidal. Asimismo, la estación de metro y cercanías que está en ese mismo lugar se denomina "Pirámides". Recordemos que este tetraedro es equilátero, es decir, que todos sus lados son del mismo tamaño.
• Hexaedro: al igual que en el caso del tetraedro, este sólido también está en una rotonda. Concrétamente en la Plaza Francisco Morano, cerca del estadio del Club Atlético de Madrid. El hexaedro tiene una forma cúbica, de manera que parece una caja y dispone de seis caras, como los dados.
• Dodecaedro: La última figura está situado entre el Paseo de los Melancólicos y la calle Santa María la Real de Nieva, en una cuesta peatonal que se prolonga la calle Jemenuño. Recomiendo pasar por Santa María la Real de Nieva para que, de esta manera, se evite la cuesta que une Jemenuño con el Paseo de los Melancólicos. El dodecaedro tiene doce caras y según las últimas investigaciones, la forma del universo correspondería a esta forma.

Ver Esculturas de los cinco sólidos platónicos en un mapa más grande
Ver Esculturas de los cinco sólidos platónicos en un mapa más grande

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Madrid tiene fama de ser muy religiosa y espiritual, tanto que desde el propio Ayuntamiento se promueven rutas turísticas de modalidad religiosa y católica. Recordemos que en 2011, el  Papa Benedicto XVI vino a Madrid para satisfacer a los creyentes en la Jornada Mundial de la Juventud.

No obstante, si el Papa llega a saber el afán que tienen algunos madrileños en adorar a Satán, decorando sus calles con monumentos en homenaje a él, quizás se replantearía volver. Y es que Madrid tiene referencias demoníacas en muchos lugares, tan sólo hay que fijarse con detenimiento en cada rincón de la capital.

Para ello, voy a enumerar algunos de los demonios más llamativos de la ciudad.

El Ángel Caído del Parque del Buen Retiro

Este es quizás el más conocido, debido a que se sitúa en uno de los puntos más frecuentado por turistas y una de las identidades de Madrid. Además está considerado como la primera estatua del mundo que hace referencia a Lucifer.

Para los que no hayan leído la biblia, Lucifer es ángel que fue maldito y que se rebeló en contra de Dios. Por ir en contra de la voluntad del jefe supremo, este personaje fue condenado para toda la eternidad.

Ricardo Bellver fue el escultor madrileño que realizó la obra, datada en 1877. El pedestal, en cambio, está elaborada por Francisco Jareño.

Bellver creó la estatua basándose en el Libro I de El Paraíso Perdido de John Milton.

Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado.

Algunos dicen que es coincidencia... otros que es una maldición, pero resulta que la rotonda en la que está situada la estatua está a 666 metros a nivel del mar. Esta cifra es muy representativa a la historia que lo rodea, porque según el Apocalipsis de Juan, el número 666 corresponde a la Bestia (ergo,  Satanás).

Los más optimistas también afirman que estos tres números corresponden a la vida y a la evolución humana, porque la suma de las tres cifras resuelven en dieciocho (6+6+6=18), que a su vez, los números uno y ocho suman nueve (1+8=9), que son los meses de gestación de un embarazo. Asimismo, si giramos el número 9, llegaremos a conseguir un 6, el número del comienzo. Si estáis más interesados en numerología de este tipo, podéis acceder a este blog, donde encontraréis más información.

Volviendo al tema de la estatua, cabe considerar que es más probable la teoría apocalíptica que la optimista, ya que el Lucifer del Retiro tiene rodeada una serpiente (que como todos sabemos tiene una connotación negativa por entregarle la manzana a Eva).

No obstante, si lleváis a alguien a este parque recomiendo un debate al respecto, porque para algunos, las serpientes, representan la sabiduría, como lo confirma el apóstol Mateo (10:16)

Mansos como la paloma y sabios como la serpiente

Otro dato, por si os sale en el Trivial Pursuit, según la etimología del nombre, Lucifer significa "portador de luz", ya que en latín se llama Lux fero.

¿Es entonces el Parque del Buen Retiro un lugar maldito?

Foto: Asier Mendizábal | La estatua es una de las atracciones del Parque, después del esatanque y el Palacio de Cristal

Escultura del accidente aéreo

Existen dudas sobre este monumento que está situado en la calle Milaneses, en el bloque número 3, cerca de la para de metro Ópera. En realidad, esta escultura pasa bastante desapercibida entre los viandantes, ya que está en lo alto del edificio.

Las especulaciones acerca de qué representa la estatua son muchas. La más común es que es una representación del Ángel Caído (por las alas gigantescas que tiene, la desnudez y por la posición de caída que representa). Pero recordemos: !Los ángeles no tienen sexo! Y este pájaro humano tiene puestos los genitales a vista de todos, lo que nos hace pensar que si es probable que no sea un demonio.

Otra teoría que existe al respecto es la posibilidad de que sea Ícaro, el hijo de Dédalo. La mitología griega cuenta de que Ícaro quería escapar de la isla de Minos, para ello, su padre le diseñó unas alas resistentes. Avisó a su hijo que no volara muy alto, porque el sol derretiría la cera de sus alas, de manera que caería y moriría. Echaron a volar padre e hijo, y como la reveldía adolescente era igual de mala en los jovenes aquella época como hoy en día, Ícaro desobedecío al padre y voló tan alto que se le desprendieron las plumas, cayendo al mar. La muerte de Ícaro muestra una de las primeras moralejas sobre hijos reveldes y Dédalo se convierte en uno de los primeros ingenieros aeronáuticos de la historia.

Fotografía: Asier Mendizábal Merino | La estatua da miedo, pero no por parecerse a Lucifer, sino porque parece que va a caer en cualquier momento

Escultura de Fausto

Si las anteriores estatuas te han sorprendido (o asustado), esta se "lleva la palma".

El monumento está situado en el Cementerio de Nuestra Señora de La Almudena, en la Avenida Daroca número 90. A la entrada se puede apreciar una capilla, en la que la cúpula está custodiada por una escultura. Es Fausto y no es fácil de ver, ya que los colores que forman la cultura se acoplan a la pigmentación del edificio. Fausto, tal y como podemos ver en la foto de abajo, sostiene una trompeta sobre sus rodillas.

La historia de este ángel es muy peculiar. Todo comienza con la inauguración del Cementerio de Nuestra Señora de la Almudena (recordemos que es la patrona de Madrid). La apertura de la necropolis se realizó un año antes de los previsto, ya que por un golpe de cólera en la ciudad, las autoridades se vieron forzadas a abrir un camposanto nuevo, provisional. De esta manera, el lugar fue nombrado "Cementerio de Epidemias" y consta que se inauguró el 15 de junio de 1884.

Al comienzo, esta estatua fue puesta en la entrada del cementerio. Pero a los madrileños de aquella época, la escultura de Fausto les aterrorizaba, ya que era por todos conocidos que este ángel era el que anunciaba, según la Biblia, el día del Juicio Final. Con su trompeta alertaría a todos el fin de los días y con el sonido del instrumento resucitaría a los muertos. De hecho, la acción de oír la trompeta supone que tu muerte está cerca. Entonces empezaron a salir historias sobre que en algunas noches, el instrumento sonaba. Algunos madrileños aseguraban que veían a muertos andar por el cementerio mientras oían el sonido de una trompeta. Asimismo, el escándalo social aumentaba progresivamente.

En 1924, el terror ciudadano era de tal magnitud que las autoridades decidieron trasladar la escultura a la cúpula de capilla, para que la estu. Esta capilla fue creada por el arquitecto García Nava y es de estilo modernista. En este nuevo lugar, al estar menos visible para los visitantes del cementerio, permitió calmar los nervios de los ciudadanos.

Foto: Asier Mendizábal | Los demonios invaden Madrid ¡Qué nos pillen confesados!

... y recordar, sed buenos, ¡que en Madrid hay demonios en todas las esquinas y si os portáis mal, os verán e iréis al infierno!

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Fotografía: Asier Mendizábal | La tinaja, cerca del Templo de Debod

«¿Qué es la pirámide que sobresale del bosque?» Si alguna vez habéis oído a algún turista formular esta pregunta al lado del Templo de Debod, estáis de enhorabuena, porque podéis responder cual enciclopedia Espasa con la información que aquí he recopilado.
Dentro del Parque del Oeste está, agazapada entre la vegatación, una tinaja de barro de más de quince metros de altura. El horno de cerámica pertenecía a la Real Fábrica de La Moncloa, elaborada en 1987 por petición de la reina María Isabel de Braganza (la mujer de Fernando VII), para sustituir a la Real Fábrica de Buen Retiro, que fue destruida durante la Guerra de la Independencia.

El horno, está considerado una importante pieza de arquitectura industrial. Se edificó después de que se hiciera la fábrica (aproximadamente en 1881). Ahora se encuentra bastante deteriorado, pero existe un proyecto que quiere convertirlo en una sala de exposiciones de la escuela de cerámica aledaña.

Lo único que queda de la antigua fábrica es la Escuela Madrileña de Cerámica de La Moncloa, que tuvo que cerrarse a finales del siglo XIX, porque los hermanos Zuloaga tomaron la decisión de clausurarlo. A pesar del talento de los Zuloaga, los gastos de la fábrica y el desinterés del público hicieron que se fuera a la ruina.

El Parque del Oeste es muy grande, y es muy fácil perderse, por eso, para llegar a la tinaja de barro recomiendo entrar al parque por la calle del Pintor Rosales, bajar por el paseo de Jacinto y Francisco Alcántara, seguir hasta la fuente grande (donde hay una rotonda) y, luego, ir a la izquierda. La Tinaja se encuentra dentro de una comisaría policial. Es necesario pedir permiso para entrar y verla de cerca. A mí no me pusieron ninguna pega por entrar, eso sí, se recomienda acceder avisando con antelación.

Fotografía: Asier Mendizábal | La tinaja llega a medir 15 metros

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Fotografía: Patricia García | La Ruta Extraterrestre, para los amantes de la ufología

Como decía el agente especial Fox Mulder a la doctora Dana Scully en Expediente X, «la verdad está ahí fuera» ("The Truth Is Out There"). Lo que nadie sabía era que se refería a Madrid. Y es que uno de los viajes más alternativos que puedes realizar en la Comunidad de Madrid es muy desconidos para muchos. Para ello, uno de los sitios más extraños (y aterradores) que podéis mostrar a vuestras familias y amigos se encuentra en la "Ruta Extraterrestre Área Norte".

Madrid es un lugar polarizado, en el que puedes encontrar "los más" de España: los mejores museos, los edificios más altos, el mejor transporte público... pero, en la capital española también están está la mayor cultura ufológica, ya que existen numerosas historias acerca de avistamiento de OVNIS.

En la Sierra de Madrid hay establecido un camino que recorre los lugares más emblemáticos que Área Norte. El recorrido que emite la Ruta Extraterrestre es muy parecido a la Ruta del Area 51 que hay en Estados Unidos, ya que allí también se indican los lugares que han sido relevantes gracias a los avistamiento de OVNIS. La iniciativa de la ruta se llevó a cabo en 2011, debido al estreno de una película sobre marcianos titulada "Paul".

Avistamientos OVNI

En numerosos pueblos de la Sierra hay historias que sobrecogen hasta al mismísimo Íker Jiménez. El momento clave fue en los años 70, donde se desarrolló una gran Cultura OVNI por toda España. Muchos de ellos se concentran en los pantanos de El Atazar y en el de Pedrezuela.
En 1978, por ejemplo, apareció un hombre que llamó a Radio Intercontinental, que se autodenominaba "Señor X", y que aseguraba que él era un extraterrestre y que existía un base submarina marciana escondida en el pantano de El Vellón. Se formó tal movilización que casi todos los habitantes del pueblo fueron al pantano a rastrearlo ¡Hubo hasta buceadores que se sumergieron en el agua para comprobar si había algún rastro no-terrícola. Evidentemente, no encontraron nada y todo quedó en una leyenda que hoy en día sigue siendo recordada por los vecinos de alrededor. No obstante, aunque todo pareciera indicar que se trataba de una farsa, en realidad ocurrieron fenómenos muy extraños: Las brújulas daban vueltas sin sentido, las bombonas de oxígenos se volvieron locas y el agua del pantano, decían los presentes, estaba negro.
En el Barrueco también ocurrieron cosas no-muy-normales, ya que numerosas personas declaran haber visto formas humanas de dos y tres metros; otros, en cambio, aseguraban que el pantano estaba situada una estrella de color naranja, que cambiaba de color si era apuntada con alguna linterna.
Quizás el relato más conocido relacionado con la ufología madrileña está situado en Lozoyuela. A mediados de los años 70, una farmacéutica de la localidad aseguraba haber hablado con extraterrestres. Éstos entraron en varias ocasiones a su farmacia para pedirle un jarabe para poder sumergirse en el pantano.
Pero todavía hay más historias... Tal y como dice Javier Leralta en su libro "Madrid: Cuentos, Leyendas y Anécdotas" (en la página 30), en Cervera de Buitrago los habitantes nacían con seis dedos. En La Cabrera algunos aseguran que existe una puerta dimensional que hay que traspasar cuando sea el Día del Juicio Final.

Podéis ver un reportaje que hicieron hace ya un tiempo los periodistas de Telemadrid sobre este mismo tema.

Seaís creyentes o no, desde este blog os invitamos a que conozcáis los paisajes que hay en este paraje natural pero, ¡CUIDADO... no os vayáis a encontrar a algún extranjero de otro planeta!

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Fotografía: Asier Mendizábal | Irónicamente, el monumento se encuentra delante de una residencia de ancianos

Uno de los pocos monumentos que dispone Madrid de los personajes de la cultura popular se encuentra en Vallecas. Se trata de la abuela rockera y la historia que está detrás de esta estatua insólita es desconocida para muchos madrileños.

La protagonista es Ángeles Rodríguez Hidalgo, una argentina que vino a vivir a Madrid y nunca se quitaba su chaqueta de cuero. Era conocida por todos los vecinos de Vallecas como ‘la abuela rockera’, por su afición al rock y el heavy metal. En los años ochenta no se perdía ningún concierto de AC/DC, Rosendo o Miguel Ríos.

La popularidad de esta señora fue creciendo tanto que los editores de la revista ‘Heavy Rock’ la llamaron para que trabajase con ellos. De esta manera, llegó a tener una columna llamada ‘Abuela Consulta’ en la que respondía preguntas de los lectores e informaba de curiosidades sobre el rock y el heavy. La respetada abuela llegó incluso a protagonizar la portada de un disco del grupo Panzer. El álbum se titula “Toca madera” y Ángeles sale haciendo los cuernos con la mano.
Portada de Panzer, del álbum “toca madera”

Foto: Portada del álbum "Toca Madera" de Panzer

La adorable abuela del rock murió en 1993 y junto a ella se fue la alegría de los rockeros madrileños. Esta mujer fue tan querida que los grandes grupos de la época hicieron un concierto benéfico para levantar el monumento que ella se merecía. Por eso, tres años después de su muerte, grupos de la talla de Rosendo, Miguel Ríos, Esturión, Asfalto, Sobredosis y Ñu realizaron actuaciones para recaudar fondos para la causa. La tienda ‘Madrid Rock’ y el artista Mario Scasso también contribuyeron económicamente para que este mito no desapareciera de Vallecas.

Con el monumento se la quiso inmortalizar con el gesto de los cuernos que aparecía en la portada del disco de Panzer, pero los vecinos de la plaza Peña Gorbea vieron en el gesto de los dedos meñique e índice levantados un llamamiento satánico, por el cual se los quitaron. Ahora parece que está con el puño cerrado, en el que parece más un símbolo comunista que rockero.

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